Bueno, tenía que llegar: ¡mi viaje número 13 a Japón! Debo decir que no soy supersticioso, aunque tanta casualidad me inquietaba un poco. No solo era mi viaje número 13 a Japón, sino que iba a pasar 13 días en tierras niponas. Además, volvía el día 13 hacia España. Muchos 13’s. Y no serían los únicos, ya veréis. Bueno, comencemos por el principio…
En este viaje, fui a Japón principalmente para asistir a un seminario en el Shonan Village Center, un centro situado a poca distancia de Tokio dedicado a organizar congresos y reuniones científicas. El vuelo me tenía un poco preocupado porque llegaba a Tokio sobre las 18:30 y tenía que coger varios trenes hasta una pequeña estación, Zushi, desde donde salía el último autobús hacia Shonan Village a las 20:49. Y, claro, antes tenía que pasar inmigración, recoger el equipaje, parar a sacar algo de dinero, comprar una tarjeta SIM para disponer de datos, etc, etc. Resumiendo, os ahorraré las carreras arrastrando una maleta de buen tamaño y una mochila (que también pesaba lo suyo) pero conseguí llegar a tiempo a coger el último autobús. Eso sí, no tuve oportunidad de cenar nada, solo pude comprar un melon pan en un Lawson junto a la pequeña estación de autobuses. Cuando por fin llegué al centro y pasé por recepción ¿a qué no sabéis que habitación me dieron? Sí, esa, la habitación número 13… Parecía claro que el 13 iba a ser un número recurrente este viaje. Menos mal que el centro estaba bien surtido de máquinas de bebidas, así que con el melon pan y algo de beber me fui a descansar…
Los siguientes cuatro días en el seminario fueron muy tranquilos, no hay gran cosa que reseñar. Charlas, discusiones, buena comida y mucho café/té para mantenerse despiertos…
Una característica del centro es que, en los días claros, se puede ver el Fuji. Julio, por desgracia, es una de las peores épocas del año para verlo… aunque a primera y última hora del día se podía ver algo como esto:
El tercer día, por cierto, tocaba socializar un poco, y nos llevaron de excursión a Kamakura. Vimos el Gran Buda (que ya conocía) y el santuario de Tsurugaoka Hachiman-gu:
Y rematamos el día con una fantástica cena: ensalada (que se me olvidó fotografiar), un sorbete de huevo y pasta de judías, sashimi, tempura, soba y una especie de udon dulce de postre que estaba de muerte!
El cuarto día acabó el seminario a medio día y salí hacia Tokio para hacer una noche antes de partir hacia Nagoya, donde iba a estar una semana trabajando con un colega. Mi hotel estaba frente a la estación de Shinagawa para poder coger el Shinkansen a primera hora al día siguiente. Llegué a Tokio sobre las 17h de la tarde, así que todavía tenía unas horas antes de irme a dormir. Esta vez decidí acercarme a ver la Tokyo tower, que por algún motivo nunca había visitado antes.
De camino, me encontré con el templo Zojoji que, casualmente, se iluminaba con velas justo esta noche del año! (y luego dicen que el 13 trae mala suerte…). Como aún era pronto, decidí subir a la Tokyo tower mientras llegaba la noche:
Desde allí volví al templo Zojoji y todavía pasé algo más de una hora sentado esperando que anocheciera para ver el espectáculo de las velas encendidas. Tiempo más que suficiente para que los mosquitos me acribillaran, por cierto. Finalmente, cuando ya faltaba muy poco tiempo… ¡se puso a llover y retiraron las velas!
Uff, después de tanto esperar y no iba a poder ver las velas encendidas, que frustración… Bueno, decidí que ya iba siendo hora de volver al hotel a descansar. Sin embargo, de camino me crucé con un mirador, el Seaside Top, y pensé aprovechar para ver las vistas desde arriba. Y fue un acierto, porque la vista de la Tokyo tower era impresionante!
Casualmente, mientras estaba en el mirador, me fijé en que @Zordor había subido a instagram una foto del templo Zojoji con las velas encendidas. Le pregunté si era del año anterior, y me dijo que no, que era justo ahora, que se la había mandado su mujer que estaba allí. ¡Ah! Salí corriendo del mirador y volví al templo a la carrera… Pero ya era demasiado tarde, habían vuelto a retirar las velas…
¡Nooooo! Al parecer solo estuvieron encendidas unos minutos… Bueno, un poco de mala suerte sí tuve ese día, ¿no? ¿Algo que ver con tantos 13’s? 😀
Y aquí acaba la primera parte. El Viernes a las 7AM salí hacia Nagoya y… bueno, eso os lo contaré en la siguiente entrada…